lunes, 17 de junio de 2013

Comentario de texto filosófico de un fragmento de El Quijote.

''Advertid, hermano Sancho, que esta aventura y las a ésta semejantes no son aventuras de ínsulas, sino de encrucijadas, en las cuales no se gana otra cosa que sacar rota la cabeza o una oreja menos. Tened paciencia, que aventuras se ofrecerán donde no solamente os pueda hacer gobernador, sino más adelante.''

Para que una recompensa sea buena, ¿es necesario que nos resulte agradable en el mismo instante que se nos otorga?
Después de leer varios fragmentos de El Quijote, me he decantado por este último ya que, de alguna forma me ha hecho reflexionar sobre varias cosas que creía que tenía bastante claras. Y es que, es cierto, nunca dejamos de aprender. Cuando menos lo esperas y de la forma más extraña que imaginas, llega algo que cambia por completo tu forma de ver la vida. Quizá lo que produzca ese cambio sea una persona, una noticia, un libro o, simplemente, un pequeño fragmento de Don Quijote de la Mancha. Sí, quién sabe, un mínimo instante puede cambiarte por completo. Cuando crees que tienes todas las respuestas, ocurre algo que hace que te replantees todo de nuevo.

Puede que más de uno se esté preguntando por qué estoy insistiendo tanto en el tema del aprendizaje, pero pronto lo entenderéis, ya que existe una gran relación entre mi pregunta y lo que escribo. 
En muchas ocasiones, actuamos simplemente para conseguir una recompensa. Cuando nos portamos bien con alguna persona, esperamos recibir el mismo comportamiento. Cuando estudiamos para un examen, deseamos adquirir una buena nota, y por lo tanto una recompensa. Esa recompensa no tiene porque ser necesariamente algo material, puede ser un futuro mejor o una mayor felicidad. Pero, creo que la mayoría de nuestras acciones están hechas para lograr algo. Y no, no estoy diciendo que eso me parezca algo malo, sino todo lo contrario, ya que creo que es algo bastante lógico. Pero a veces ocurre que esa compensación que tanto deseamos no llega, y no solo no llega, sino que además salimos perjudicados. Entonces creemos que esa recompensa no es buena, y comenzamos a pensar en que quizá lo que hemos hecho no ha estado tan bien como creíamos. Pero a raíz de esto texto he comprendido que no siempre se puede ganar, y que no lo hagas no significa que debas dejar de intentarlo. Con esfuerzo todo se consigue, y cuando menos lo esperas, llegará lo que tanto deseas.

Don Quijote salía bastante afectado de sus aventuras, y aún así no se rendía, porque sabía que tarde o temprano lograría su objetivo. Daba igual lo que le dijera la gente o lo que él sufriera, simplemente quería seguir hacia adelante y ver como poco a poco, cumplía sus sueños. Y ahora bien, ¿por qué no hacemos como él? Luchemos por nosotros, por nuestro futuro, por nuestra felicidad. Luchemos por las recompensas que debemos tener. No importa que no nos salga a la primera ni tampoco a la tercera, lo importante es no rendirse nunca. Y recuerda, que siempre se ha valorado más lo que cuesta conseguir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario